Por Gonzalo Ortega Pineda.
En la columna anterior, en la que hable sobre una sociedad de consumo, hacía referencia a las cantidades de productos que estamos consumiendo y que después terminamos desechando. Un par de días posteriores a su publicación, aproveché para hacer una reflexión sobre el tema, durante todo ese fin de semana cuando salí a correr, pude ver las calles y las alcantarillas con profunda decepción podría decir que no estamos preparados como sociedad para buscar disminuir la generación de residuos, y en algunos casos basura, conceptos que se podrían interpretar como iguales, pero no lo son.
Cuando hablamos de residuos, hacemos referencia a algunos elementos considerados un desecho, derivados de nuestro consumo, estos pueden ser tratados y dispuestos en sitios apropiados para poder ser valorizados (dar un valor como materia prima para producir otros productos), de tal forma que no lleguen a un tiradero o relleno sanitario, por ejemplo, algunas botellas de plástico, cuando son enjuagadas por los usuarios y separadas del resto de los desechos, estas se encuentran en condiciones de poder ser recicladas, dándoles un precio en el mercado; mientras que el hablar de basura, es considerar estos mismos residuos, pero sin ningún tipo de tratamiento, estos se revuelven con cualquier otro desecho, por lo que no pueden ser valorizados y estos llegan a los tiraderos o rellenos sanitarios.
En un reportaje de Robert Kunzing (2020), publicado en la revista National Geographic, menciona que alrededor de 61,000 millones de toneladas de materia prima, extraídas de la naturaleza y que fueron transformadas en algún producto, quedaron a la deriva, sin poder ser valorizadas, por lo que los plásticos flotan en ríos, mares y lagunas; los químicos que se usan en los campos de cultivo igualmente quedan flotando en los mismos cuerpos de agua. En cuanto a los alimentos, se dejaron pudrir alrededor de dos tercios del total de alimentos, se deforestó el Amazonas, así como otras zonas de selvas o bosques para seguir produciendo más alimento, el cual seguramente seguirá pudriéndose en cantidades similares o incluso mayores.
Los datos de materiales y comida desaprovechada convertida en basura puede ser poco esperanzador para muchos, para otros no representaran gran cosa, pero si queremos analizar desde nuestro entorno, los invito a que hagamos un ejercicio, en el que identifiquemos si separamos, para poder ser conscientes de la cantidad de residuos que estamos generando desde nuestros hogares, lo primero es ver si están separando los desechos, como el plástico, papel, cartón, aluminio, las bolsas plásticas (producto que en promedio solo es usada durante 8 segundos), claro los restos de comida entre otros, o simplemente están juntando todo en una sola bolsa, con el pretexto, de para que para que lo separo, si en el camión lo juntan todo; cuando veamos la cantidad de residuos que estamos desechando, lo segundo será, ponernos el reto de generar menos, y así sucesivamente cada día, al menos durante 15 días, para buscar disminuir los residuos que generamos.
Hablando de separar o no separar, lo que no sabemos y mucho menos vemos, es que, al interior del camión de la basura, se encuentras dos o tres personas, estas se encargan de romper las bolsas, para hacer la separación, el problema es que, al juntar todos los desechos, estas se mezclan y se contaminan, lo que hace recuperar los residuos que pueden ser vendidos para su reciclaje, si lo separáramos desde nuestras casas, créanme que les haríamos más fácil el trabajo a las personas recolectoras, trabajo que de por sí, es un trabajo muy duro y mal pagado, creo que como sociedad, podremos apoyarlos, haciendo lo que nos toca desde nuestros hogares.
Sin duda, nos falta mucho camino por delante para lograr una cultura de la separación y mucho más en cuanto a la disminución de residuos, al ser parte de una sociedad de consumo, estamos generando una gran cantidad de residuos, algunas veces lo hacemos conscientes, otras tantas no, sin percatarnos de los problemas locales, tanto sociales como ambientales, que esta forma de consumir trae consigo.
Para ejemplificar el problema de los residuos, podemos ver que de acuerdo con el ultimo diagnóstico de residuos de la SEMANRAT publicado en 2020, el estado de Veracruz genera alrededor de 7,813 toneladas de residuos diarios y Xalapa, genera diariamente alrededor de 470 toneladas de residuos, de las cuales solo se valorizan alrededor del 40%, esto significa que entran en un proceso de reciclado, el resto se dispone en el relleno sanitario, de la ciudad, para muchos otros municipios, sus residuos terminan en un tiradero a cielo abierto contaminando nuestro entorno.
Para comprender la gravedad del problema, los siguientes datos son reveladores, según la SEDEMA Veracruz en su página oficial, los únicos municipios que cuentan con un relleno sanitario (Sitio de disposición final que cuenta con métodos y obras de ingeniería para la disposición final de los residuos sólidos con el fin de controlar los impactos ambientales, cumpliendo con la normatividad ambiental vigente) son: Medellín de Bravo, Tampico Alto, Tuxpan y Xalapa. En el resto de los municipios, sus residuos se encuentran en sitios de disposición final a cielo abierto, sin cumplir con ninguna de las normas ambientales.
Con la forma actual de consumir y de desechar, estamos causando grandes problemas ambientales a nuestro planeta como la emisión de gases de efecto invernadero en los tiraderos a cielo abierto, la contaminación de ríos subterráneos por el escurrimiento de la contaminación, la proliferación de ratas y afectaciones al paisaje. Debemos tomar acciones urgentes para cambiar esta forma de consumir y de generar residuos, se requiere de grandes ajustes culturales, se requiere que todas las personas tomemos acciones de inmediato. Una oportunidad para llegar a ser una sociedad sustentable podría ser adoptar mecanismos de producción y consumo propuestos por la economía circular, donde podamos seleccionar el tipo de materiales que se pueden usar en los procesos productivos, disminuyendo el consumo, así como ver a los residuos como materia prima.
El ciclo económico de extraer-transformar-producir-consumir y desechar debe tener ajustes, pasando de ser lineal a uno circular en el que se piensa desde la producción en rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar, nunca a desechar. La economía circular no es otra cosa que una forma de producción y de consumo, donde su principal objetivo es reducir el impacto negativo al medio ambiente, aprovechando todos los recursos ya procesados en nuestro planeta.
Uno de los principios de la economía circular se basa en mantener en uso el mayor tiempo posible a los productos y materiales, buscando imitar lo que pasa en la naturaleza, donde no existen los desperdicios, si no que todo es aprovechado por el ecosistema, para esto las empresas deben repensar sus procesos e innovar al mismo tiempo que en el mercado se generan nuevas oportunidades de empleo, ya que se deben contar con especialistas para poder fomentar algunos de los elementos basados en rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar, nunca a desechar.
El hablar de una estrategia de economía circular, no solo es pensar en reciclar, es repensar la producción y el consumo, es buscar llegar a ser una sociedad sustentable, para lograrlo, todos los participantes en el ciclo económico debemos buscar participar. Las empresas pueden ir haciendo ajustes a sus procesos y productos con la finalidad de consumir menos recursos naturales, producir menos residuos, y nosotros podemos desde separar los residuos, hacer composta, reparar nuestras cosas, donar las cosas que no utilizamos, al mismo tiempo que apoyamos a la economía circular optando por productos o servicios que buscan tener un menor impacto ambiental y promueven el bienestar social. Todos podemos formar parte de las soluciones a los problemas como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la generación de residuos sólidos y la contaminación en todas sus expresiones.
Sin duda nos falta mucho camino por recorrer para llegar a ser una sociedad que no genere residuos, o que al menos logremos disminuir su generación; debemos trabajar mucho en educación ambiental en todos los sectores, para generar el cambio, este debe ser parte del plan general de una sociedad. En el caso de la ciudad donde vivo, para la ciudad de Xalapa, podemos pensar en realizar un plan de economía circular que se incluya en el plan municipal de desarrollo, así como en los planes estratégicos de los diferentes comercios, sin importar su tamaño. Podemos pensar en la ciudad que queremos vivir, tomar conciencia de ello, saber encaminarnos al futuro, tomar decisiones y aprender a tratarnos de forma solidaria unos a otros, al igual que al planeta, aplicando, conocimiento, valores y liderazgo enfocados en mejorar las condiciones de nuestro planeta.
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